Todos podemos ser un buen negociador o una buena negociadora.
La negociación es un proceso inherente a las personas, negociamos desde la infancia con nuestros hermanos y hermanas, con nuestros progenitores y nuestros amigos y amigas. Conforme vamos creciendo estas negociaciones cada vez son más complejas y muchas veces se requiere de autoconocimiento para potencializar algunas de estas habilidades.
En esta nota te contamos cuáles son las principales habilidades que requiere un buen negociador para desempeñarse con asertividad en los diferentes ámbitos de la vida, como en nuestra familia, nuestra comunidad o en el ámbito laboral.
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La comunicación
Es la primera de ellas, pues es el proceso a través del cual intercambiamos información con nuestra contraparte; ésta además se puede dividir en dos: la comunicación verbal y la comunicación no verbal. Con la primera, dentro de un proceso de negociación, expresamos a través del uso de las palabras cuáles son nuestros objetivos e intereses. Mientras que con la segunda, es decir las expresiones de nuestro cuerpo, rostro e incluso el tono de la voz, reforzamos y ampliamos el mensaje verbal que buscamos expresar a fin de establecer un acuerdo en torno a un problema o conflicto.
El autocontrol de nuestras emociones
Esta habilidad es de suma importancia ya que a través de ella fortalecemos la confianza en nosotros mismos, logramos controlar eficazmente hacia un objetivo nuestros pensamientos, comportamientos y lo que comunicamos; de la misma manera el buen manejo de nuestras emociones nos posibilita perseverar en la solución del problema que se está negociando.
La empatía
Producto de las dos habilidades anteriores y contrario a lo que intuitivamente se cree sobre la negociación, la empatía nos permite comprender al otro en sus propias circunstancias, de modo que ello abre las posibilidades de identificar posiciones, intereses, motivaciones, emociones y valores de nuestra contraparte acerca de la problemática que se busca resolver. Si bien, hay que aclarar que la comprensión, no necesariamente significa justificar al otro, la empatía si abre las puertas para buscar el mejor acuerdo posible para ambas partes.
El análisis
Esta habilidad nos permite descomponer el problema en sus diferentes partes, es decir, identificar los factores que lo originan e incluso los elementos que lo agravan, así como las personas involucradas y los recursos económicos, materiales, temporales y humanos que requerimos para su solución.
La toma de decisiones
Producto de la capacidad de análisis, la toma de decisiones nos permite elegir la estrategia que vamos a desarrollar para resolver la negociación a favor de ambas partes, ya sea a través de una negociación competitiva o una colaborativa, las decisiones que tomamos deben ser firmes y al mismo tiempo tener en cuenta que podría requerirse flexibilizar nuestras decisiones previas a fin de alcanzar el mejor acuerdo posible.
Planeación estratégica
Esta habilidad nos permite aplicar racionalmente la toma de decisiones de manera anticipada y desplegar estrategias con base en el análisis del problema o conflicto a negociar. Ello nos abre la posibilidad de controlar nuestras acciones presentes y prever sus consecuencias en el futuro y de esta manera identificar los escenarios que el proceso de negociación podría generar.
Al tomar en cuenta estas habilidades y aplicarlas de manera adecuada, podemos contar con mayores probabilidades de que nuestras negociaciones sean exitosas. Así que ¿con cuáles habilidades para la negociación ya cuentas? o ¿cuáles aún necesitas fortalecer?
Fuente: Redacción.
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