En ocasiones, la comunicación política pareciera estar limitada solo a campañas políticas y las contiendas por el voto. Una vez que los candidatos ganadores de una elección entran en funciones, los gobiernos comienzan a operar bajo un esquema de comunicación social que los hace cumplir con su deber de rendir cuentas. Pero lo cierto es que se suele caer en el grave error de considerar que sólo se trata de informar de acciones, programas, inauguraciones y resultados a la ciudadanía, dejando de lado el componente estratégico de la comunicación.
Así como en las campañas, la comunicación política atraviesa por varias etapas como: dar a conocer al candidato, presentar sus propuestas y cerrar con el llamado al voto; lo mismo sucede con la comunicación gubernamental. Existe una parte de la comunicación en la que pocas veces los estrategas de las áreas de comunicación social se enfocan, esto es, en la comunicación del legado.
Te puede interesar: Campañas políticas en las redes sociales.
La comunicación de legado podría ser definida como aquella que define los ejes estratégicos y acciones por las que un gobernante o líder quiere ser recordado. Si la comunicación política de todo un periodo de gobierno se enfoca en apagar crisis, es decir, ser reactiva, o por el contrario sólo en comunicar acciones que no se encuentran inscritas en una estrategia de comunicación y de qué es lo que el gobernante hace y por qué lo hace, resulta más difícil crear una comunicación de legado que permita dejar en el imaginario colectivo algo de las muchas acciones de un gobierno.
Por ello, a continuación, compartimos tres recomendaciones para comenzar a construir una comunicación de legado, que contribuyan a que las acciones positivas y resultados de un gobernante permeen más en la sociedad:
1. Tener claro por qué acciones o temas desea ser recordado.
Es importante que desde que un gobernante entra en funciones sepa a qué temas o políticas públicas les dará prioridad. Debe elegir un estandarte central y al menos tres temas que conformen la tríada de sus políticas. Por ejemplo, un gobernante puede elegir ser el presidente del cambio climático, mejorar el transporte y dar mayor impulso a los programas sociales.
2. Medición y diagnóstico de los temas que las personas identifican del gobierno.
Es importante contrastar qué temas o acciones se perciben en el imaginario de las personas y cómo estas empatan con lo que el gobernante está haciendo, de tal forma que sea más fácil posicionar las acciones de legado.
3. Tener en cuenta los tiempos y momentos para comenzar a impulsar el legado.
Si bien es cierto que el legado es para un cierre fuerte de gobierno, éste se debe de trabajar desde el comienzo de la administración y robustecerlo hacia el final de esta, de tal manera que los temas que son centrales desde un inicio se conviertan en la mancuerna que cierre la administración.
Estas son algunas de las acciones o recomendaciones que se deben comenzar a trabajar para una comunicación de legado, sin embargo, también es importante reconocer la coyuntura y el contexto, pues por más que un gobierno dé resultados positivos, una crisis mal llevada o un escándalo podrían convertirse en el único legado de un gobernante y por el cuál será recordado. Por ello, el legado es sólo un componente de las múltiples acciones de comunicación estratégica que debe tener un gobierno.
Fuente: Redacción.
Dejar una Respuesta